Torticulis Congénita


¿Qué es la tortícolis congénita?

Es una deformidad musculoesquelética postural evidente en el nacimiento o poco después producida por el acortamiento unilateral y aumento del tono del esternocleidomastoideo, presentando una flexión y una rotación de la cabeza de nuestro pequeño que cursa con dificultad para girar y mantener la cabeza en posición natural.

El tratamiento ideal incluye terapia manual y reposicionamiento, todo ello desde la fisioterapia y desde el momento que aparezca esta situación, para evitar así problemas secundarios como plagiocefalias y problemas de lactancia, entre otros.

En general la tortícolis muscular es bastante rara. Aproximadamente uno de cada 200 recién nacidos nace con tortícolis, a menudo junto con pie zambo y displasia de cadera.

Sin embargo, aún no está claro por qué se produce. Es probable que varios factores sean los que propicien esta situación, desde una posición desfavorable del feto en el útero (posición de nalgas) a una posible influencia genética.

También otro tipo de situaciones pueden llevar a una posición de tortícolis sin que sea una lesión muscular la causa de la misma, por lo que la valoración del pediatra es importante para descartar otros factores y que se pueda intervenir lo antes posible para solucionarla.

Sin ánimo de alarmar, si no se trata o si el tratamiento se inicia demasiado tarde, pueden producirse complicaciones que restringirán la funcionalidad de la columna cervical, artrosis temprana e incluso dolor persistente, que podrían derivar, incluso, en una escoliosis en la búsqueda de una posición antiálgica (no dolorosa) a medida que avanza la enfermedad.

El mantenimiento de esta situación también conlleva un desarrollo anormal del crecimiento craneofacial donde el lado afectado y el opuesto pueden llegar a aplanarse, originando una asimetría facial.

El pronóstico es muy favorable si se comienza con el tratamiento conservador. Cerca del 90% tiene buena solución si se comienza temprano con fisioterapia, evitando posibles intervenciones quirúrgicas, pero incluso en estos casos se puede corregir completamente sin dejar restricciones de movimiento ni otro tipo de secuelas.

Si tienes alguna duda contacta con nosotros: jorge@elosteopata.com

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W-sitting

El w-sitting es esa forma que tienen nuestros hijos de sentarse cuando están jugando en el suelo que durante años se ha pensado que era origen de posibles patologías posteriores y que algunos, amparados bajo nuevos paradigmas de trabajo malignizan y crean “nuevos conceptos” muy rentables económicamente.

Así, yo también caí en uno de esos “conceptos” hasta que seguir leyendo me llevó de nuevo hacia la luz. De este modo, como rectificar es sabios y, habiendo encontrado un buen argumento, no queda otra que contar lo que dice la ciencia y la evidencia.

Han sido muchos los fisioterapeutas, médicos, maestros, etc, los que han advertido a los padres sobre los peligros del w-sitting vinculándolo a una serie de problemas ortopédicos. La mayoría de ellos relacionados con la displasia de cadera, torsiones tibiales, malformación en la conformación del arco plantar, dificultad en el desarrollo de la lateralidad, desarrollo muscular del tronco, etc.

Sin embargo, dos recientes estudios no relacionan el vínculo entre el w-sitting con posibles efectos negativos, al menos en lo que respecta a los niños con desarrollo típico y sin desequilibrios musculares. En caso de encontrarse una patología de base, sería conveniente, de igual manera, realizar una evaluación previa y determinar entonces si la posición a la que hacemos referencia es conveniente para nuestro paciente, proponiendo entonces un plan de trabajo adecuado e individualizado según la situación concreta.

Aproximadamente 2 de cada 3 niños de entre 3 a 6 años regularmente se sientan en la posición W-sitting, y la evidencia científica respalda esta sedestación como una variación de la postura del niño más que como una posibilidad de lesión a largo plazo. Así que dejemos de mirar todo lo que sale en google sobre este tema que no esté respaldado por una investigación, puesto que podemos llegar a creer que nuestros pequeños están mal cuando se están desarrollando de manera natural y a su ritmo.

Para más información:

• Rethlefsen SA, Mueske NM, Nazareth A, Abousamra O, Wren TAL, Kay RM, Goldstein RY. Hip Dysplasia Is Not More Common in W-Sitters. Clin Pediatr (Phila). 2020 Oct;59(12):1074-1079.

• Honig EL, Haeberle HS, Kehoe CM, Dodwell ER. Pediatric orthopedic mythbusters: the truth about flexible flatfeet, tibial and femoral torsion, W-sitting, and idiopathic toe-walking. Curr Opin Pediatr. 2021 Feb 1;33(1):105-113

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