El índice de masa corporal (IMC) es una medida de asociación entre el peso y la talla de un individuo ideada por el estadístico belga L. A. J. Quetelet, por lo que también se conoce como índice de Quetelet.
El valor obtenido no es constante, sino que varía con la edad y el sexo (como vemos en el cuadro). También depende de otros factores, como las proporciones de tejidos muscular y adiposo. En el caso de los adultos se ha utilizado como uno de los recursos para evaluar su estado nutricional, de acuerdo con los valores propuestos por la Organización Mundial de la Salud.
Sin embargo, este índice al basarse solo en el peso y la altura tiene la limitación de no diferenciar entre masa muscular y grasa que se encuentran presentes en el organismo y por ello, no debe ser utilizado en todos los casos, de forma aislada para hacer un diagnóstico, ya que una persona como puede ser un deportista profesional no puede ser catalogado como obeso por tener un IMC elevado, ya que en su caso no se trataría de grasa corporal sino de gran cantidad de músculo en la composición de su cuerpo.
De allí que con el objetivo de salvar posibles errores en algunos casos se completa el cálculo del IMC con otros parámetros que permiten hacer una distinción entre la cantidad de músculo y grasa en el cuerpo, siendo aplicable en cambio el IMC de forma aislada a personas que realizan una actividad física media.
El índice de masa corporal es una herramienta sencilla de utilizar y útil a la hora de evaluar los riesgos asociados a la salud tanto los relacionados con el sobrepeso y la obesidad como a la delgadez extrema, siendo un estudio que ha permitido establecer umbrales efectivos para evaluar las zonas de riesgo.