Porque va mucho más allá de la fisioterapia convencional.
La fisioterapia es cada vez más profesional, y los fisioterapeutas estamos cada vez mejor formados.
Esto ha provocado el nacimiento de una nueva fisioterapia avanzada, que incorpora técnicas articulares, miofasciales, osteopáticas, neurodinámicas, de punción, cadenas musculares, trabajo de integración de la postura… así como medios tecnológicos como neuromodulación, diatermia u ondas de choque.
La tendencia actual marca que el fisioterapeuta trabaje de la mano de médicos, dentistas, cirujanos, rehabilitadores, y otros sanitarios.
Aplicamos técnicas cada vez más avanzadas.
Por un lado es un arte: ya que la increíble complejidad del cuerpo humano hace necesario que para poder aplicar técnicas avanzadas de tratamiento, desarrollemos al máximo nuestras habilidades de escucha del cuerpo del paciente y de interacción con éste. El fisioterapeuta tiene un especial “ojo clínico”, y una capacidad de valorar al paciente de una forma muy funcional.
Por otro lado, es una ciencia: nuestra condición de profesionales sanitarios nos mantiene siempre de la mano del conocimiento académico y al día en los últimos avances en evidencia científica.
El reto de la fisioterapia avanzada, es saber conjugar estos aspectos de una manera armónica y sinérgica, siempre bajo una prioridad: la efectividad del tratamiento y la mejoría del paciente.